Para quienes viven en la Ciudad de México, la temporada vacacional de Semana Santa es ideal, puesto que la enorme urbe se queda en manos de sus monumentos, historia, divertimentos y zonas arboladas. En esta temporada se antoja caminar o andar en bicicleta por las colonias Roma y Condesa, ambas repletas de bellas casas, restaurantes, galerías y alguno que otro museo como el Museo del Objeto del Objeto, así como centro culturales y pequeñas tiendas de propuestas creativas en varias expresiones, desde vestimenta hasta decoración.
También pueden dedicarse varias horas a la Avenida Reforma, para recorrerlas y comprender la grandeza de la ciudad, desde el Museo Nacional de Antropología o el Museo de Arte Moderno, el Palacio de Bellas Artes y de ahí sin prisa, pasear por Masaryk y visitar las boutiques de reconocidas marcas que han dado a esta vía el mote de una de las calles más glamorosas del mundo.