Raramuris Tarahumaras Chihuahua

Los rarámuris no sienten apego a las cosas, excepto a la sierra, la montaña y la barranca. Tienen la misión de caminar bien, como hombres en la tierra y como estrellas en el cielo, después de morir. Para ellos, lo más sagrado es la libertad. Al saludarse, extienden la mano pero no la estrechan, apenas se rozan. Esto significa "te recibo y te dejo libre". Toda su relación con los demás y con la naturaleza misma es de armonía y respeto a la libertad.

La pertenencia a su pueblo no se basa en la unidad de territorio ni en la vecindad. No construyen límites ni protegen su propiedad de manera violenta. Por el contrario, eligen vivir alejados unos de otros, por lo menos tres kilometros para evitar enfermedades del alma, como los celos, la envidia o el odio. Su hogar no es su casa. Su hogar es la montaña y la casa es sólo un lugar donde guardar sus cosas. De modo que suelen tener más de una casa, como si fueran estaciones en su camino, conforme al clima en las distintas épocas del año.